El Aposento de la Emperatriz
Fue durante el Primer Imperio que los aposentos ubicados en el ala norte del palacio en la terraza fueron asignados a la emperatriz. En la actualidad presentan una decoración del Primer Imperio de una homogeneidad excepcional. Sólo la Sala de Té es una excepción a esta regla. Esta habitación, en la cual la emperatriz Eugenia recibía a algunos huéspedes selectos entre los invitados de las Series, ha sido restaurada a su estado del Segundo Imperio.
Más allá de la biblioteca del emperador, el visitante ingresa al ala norte de la terraza construida en 1755, que albergó sucesivamente al delfín Luis y a la delfina María Josefa de Sajonia, a la reina María Antonieta (antes de que eligiese la nueva ala al sur de la terraza), y luego al rey Luis XVI, quien se beneficiaba en esta sección de la prolongación del aposento interior.
Este conjunto fue asignado a la emperatriz durante el Primer Imperio. Poseía también una antecámara y una galería de cuadros, un comedor, tres salones, el dormitorio y su boudoir (tocador), dos habitaciones más íntimas, la Sala de Té y la Sala de Desayuno. La dirección de visita tomada actualmente por el público permite descubrir este aposento en la dirección contraria a la ceremonial.
Con la excepción de la Sala de Té, que ha sido restaurada con su mobiliario del Segundo Imperio, las otras salas poseen una homogeneidad excepcional del Primer Imperio. Si bien las decoraciones pictóricas son obra del taller Dubois et Redouté, los lienzos fueron realizados por los pintores Girodet, Dubois padre, y su hijo mayor. Los más famosos artesanos del Imperio intervinieron aquí bajo la dirección del arquitecto Berthault, a quien también debemos la creación del boudoir-baño, una habitación circular cuya iluminación cenital, combinada con los volúmenes de los tapices murales, da la impresión de estar dentro de una lujosa tienda.
Durante el Segundo Imperio, la emperatriz Eugenia utilizaba estos espacios, reservando para el príncipe el uso del comedor, el Salón de las Flores y el Salón Azul.
- ¿Cómo visitarlos?
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Visita libre
Visitas Conferencias
Visitas con conferenciantes de la Réunion des musées nationaux - Grand Palais (con recargo en el derecho de entrada)
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Comedor de la emperatriz |
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En esta sala con decoración clásica, en la tarde del 27 de marzo de 1810, pocas horas después de su llegada, la futura emperatriz María Luisa tuvo su primera comida con Napoleón I, en presencia de Caroline Murat, hermana del emperador. Durante el Segundo Imperio, la habitación estaba dedicada al servicio del príncipe imperial, al igual que el Salón de las Flores y el Salón Azul. Toda la habitación estuvo terminada en 1809, aunque el techo de estuco moldeado fue ejecutado por Mongin en 1815. Está inspirado por la afición a los decorados clásicos de la época, e influenciado por el estilo oriental de moda tras la campaña de Egipto: paredes de estuco en imitación de mármol amarillo, muebles de caoba de Jacob-Desmalter, candelabros decorados con victorias aladas, alfombra en “moqueta de color y piel de tigre”, y una lámpara de araña de la manufactura de cristales de Mont-Cenis. En el techo, dos cupidos alados con el cuerpo rematado en entrelazados vegetales, sostienen un racimo de uvas y una copa para beber. En los pequeños compartimentos están representados jarrones antiguos e instrumentos musicales (incluyendo un sistro egipcio).
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Salón Azul |
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Esta habitación servía probablemente como sala de presentación para la emperatriz María Luisa. Posteriormente se pensó en asignarla al rey de Roma, hijo de Napoleón I, inaugurando así los “aposentos de los hijos de Francia” (el emperador esperaba tener otros herederos). El tema guerrero del techo, pintado por Girodet, pretendía enseñar al rey de Roma las nociones de virtud, coraje y honor. Las cuatro composiciones: Le départ du guerrier [La partida del guerrero], Le combat [El combate], La Renommée publiant la victoire du guerrier [La Fama publicando la victoria del guerrero], y Le retour du guerrier [El regreso del guerrero] se instalaron en 1814. Jacob-Desmalter entregó los muebles de madera dorada en 1812. Los asientos están cubiertos de moiré azul con motivos bordados con hilo de oro, al igual que los tapices murales. En el nicho ubicado frente a las ventanas, se colocó en 1811 una estatua de Charles-Antoine Callamard, que representa a la Innocence réchauffant un serpent dans son sein. El Segundo Imperio asignó esta habitación al príncipe imperial, para quien sirvió como estudio y salón de juegos. En efecto, la emperatriz Eugenia quería que su hijo viviese con ella.
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Salón de las Flores |
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Durante el reinado de Napoleón I, esta habitación se utilizó como salón de juegos, como lo indica la presencia de una mesa de backgammon, dos mesas de quadrille (juego de naipes), una mesa de bouillotte (ídem) y numerosas sillas. Durante el Segundo Imperio, fue utilizado como dormitorio del príncipe imperial, hijo de Napoleón III, quien grabó en el mármol de su gueridón la fecha del 4 de diciembre de 1868: tenía entonces doce años y medio. La decoración se inspira en la botánica. En efecto, los ocho cuadros de flores pintados por Étienne Dubois están inspirados en los estudios del célebre pintor de flores Pierre-Joseph Redouté. Fueron instalados en marzo de 1810, con motivo de la llegada a Compiègne de la emperatriz María Luisa. Los muebles de madera pintados y dorados fueron entregados por Jacob-Desmalter en 1809. Los asientos están tapizados con tapicería de los Gobelinos, cuyo motivo de pequeños ramos sobre un fondo lila fue elegido por la emperatriz Josefina en persona.
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Salón de las Damas de Honor |
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La presencia de faldistorios indica que nos encontramos en el gran Salón de Recepción de la emperatriz. Están dispuestos “en etiqueta”, formando un círculo en torno al sofá donde se sentaba la emperatriz, y eventualmente el emperador. Este gran Salón fue decorado y amueblado en 1809. Celebra las virtudes femeninas, reproducidas en las sobrepuertas pintadas por Dubois, que representan a Minerva, Juno, Flora, Ceres, Diana y Hebe. Los asientos de madera dorada ejecutados por Jacob-Desmalter son muy variados: sofás, poltronas, sillones, sillas, faldistorios y taburetes. Los sillones estaban reservados para el emperador, la emperatriz y Madame Mère (la madre del emperador). Todos los demás, incluidos los príncipes y princesas de la familia imperial, solo podían utilizar sillas y faldistorios. Todos los asientos estaban cubiertos con un brocado verde y dorado tejido en Lyon en 1809, decorado con cuernos de la abundancia en forma de J, en alusión a la emperatriz Josefina. Sin embargo, ella nunca vio este conjunto, ya que Napoleón I se casó con María Luisa en 1810.
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Dormitorio de la emperatriz |
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El Dormitorio de la emperatriz, tal como lo vemos en la actualidad, es el que conoció la emperatriz María Luisa, segunda esposa de Napoleón I, durante su estancia en Compiègne en 1810, con motivo de su boda. Está conectado a un baño, que también sirve como boudoir. Las obras dirigidas por el arquitecto Berthault se ejecutaron en 1808-1809. Todo el conjunto decorativo (decoración pictórica y esculpida) se centra en el tema de la abundancia y la fertilidad: la cama, obra de Jacob Desmalter, está acompañada por dos figuras aladas y adornada con cornucopias. Este recinto dorado es sumamente etéreo gracias a un sutil juego de los tonos blancos de la ropa de cama: las gamas van del exterior mate, variando sutilmente hasta llegar a los tejidos de las capas interiores, ligeras, casi transparentes. Luego de los daños sufridos por la habitación durante los ataques prusianos en marzo y abril de 1814, se ordenaron pinturas adicionales a Girodet: L'Aurore chassant la nuit [La Aurora persiguiendo la noche], en el compartimento central del techo, estaba acompañada por seis paneles pintados que enmarcan el espejo y la chimenea. Se conservan cuatros de ellos, incluyendo: “Apolo”, “El Verano”, “El Otoño” y “El Invierno”.
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Sala de Té de la emperatriz |
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La Sala de Té es la última habitación del Aposento de la emperatriz. El mobiliario data del Segundo Imperio. En esta habitación la emperatriz Eugenia recibía a los invitados de honor, invitándolos a tomar el té. La emperatriz supervisó personalmente la decoración de la habitación. Ferviente admiradora de María Antonieta y del siglo XVIII, eligió los muebles de madera dorada creados para el Gran Gabinete de la reina en Saint-Cloud. Aficionada a la chinerías y al estilo oriental, ordenó muebles con laca china y tapices orientales; entre ellos se destaca el conjunto Prince chinois [Príncipe chino], tejido en la manufactura de Beauvais, o el Costume turc [Traje turco], ejecutado en los Gobelinos en 1774. Al mismo tiempo, la decoración del salón le permite expresar sus gustos estéticos: al prestigioso mobiliario histórico se asocian muebles contemporáneos, funcionales y más burgueses, como los cómodos asientos acolchados y decorados con pasamanería, o las mesas gigognes (encastrables). Importante: Esta habitación recibió el nombre de Sala de Música debido al fortepiano y al arpa que se encontraban allí durante el Primer Imperio, y que fueron retirados al inicio de la Restauración. Fue restaurada entre 2008 y 2012 gracias al apoyo de la empresa Uranie International (Oise). Las obras de arquitectura y la restauración de obras de arte han permitido recrear el estado de la habitación a finales del Segundo Imperio (hacia 1869).
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Sala de Desayuno |
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Situada entre la Biblioteca del Emperador y la Sala de Té de la emperatriz, la Sala de Desayuno está un poco apartada, en un espacio más íntimo y privado del Aposento de la emperatriz. Ha sido restaurada a su estado del Primer Imperio. La soberana tomaba aquí su primera comida del día. El mobiliario, provisto por Jacob-Desmalter e instalado en 1809, es de madera pintada de blanco. Su sencillez es sublimada por una amplia gama de tejidos, cuyas tonalidades amarillas y azules iluminan y dan calidez a la habitación. Una mesa de dibujo, un bastidor de bordado y un caballete de pintor evocan la afición de la emperatriz por la práctica de las artes. Sus instrumentos musicales se conservaban originalmente en el salón contiguo.
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